miércoles, 20 de enero de 2016

Análisis Completo de El Despertar de la Fuerza

Soy un fanático empedernido de Star Wars desde que tengo memoria: Jugué casi todos los juegos de todas las consolas que pude desde el X-Wing hasta el Old Republic; sé prácticamente todo lo que pasa en el universo expandido; de chico visitaba las bases de datos de Star Wars antes que revisar mis mails y a los 9 años escribí una sinopsis de nueve páginas sobre cómo sería episodio VIII que seguía muy de cerca a los libros.

El Despertar de la Fuerza (el cual en sí mismo es un pésimo título, pero no peor que El Amanecer de la Justicia) comienza 30 años después de los eventos del Retorno del Jedi. Luke Skywalker está desaparecido y Leia y la Nueva República lo están buscando fervientemente. El problema es que el misterioso y malvado Primer Orden, una organización nacida del riñón de lo que quedó del Imperio, también lo está buscando para extinguir a los Jedi definitivamente.

Ahí encontramos a dos de nuestros nuevos personajes principales: Finn, un stormtrooper que desarrolla una conciencia propia y descubre que lo que el Primer Orden está haciendo es malvado así que los abandona, y Poe Dameron, el mejor piloto de la República. Ambos dejan un pedazo del mapa que lleva a Luke en un pequeño droide llamado BB-8, que cae en manos de Rey, una chatarrera del planeta Jakku que fue abandonada por su familia y que creció escuchando las historias de Luke y los jedi. Finn y Rey establecen una inmediata amistad y pronto sus caminos se cruzan con Han Solo y Chewbacca y los lleva a pelear contra el Primer Orden y Kylo Ren, un sith en entrenamiento.


La película es buena. Muy buena. No es perfecta, pero es entretenida y disfrutable no importa por dónde se la vea. Habiendo dicho eso, creo que la mejor manera de acercarse a ella es con muy bajas expectativas. Creo que la mayoría de las personas que le dieron críticas negativas es porque esperaban algo totalmente distinto o algo totalmente parecido y en ambos casos no hubiera sido lo mejor. 

El que más tiene derecho a decir que la película no estuvo buena es George Lucas porque tuvo que ver lo que alguien como J.J. Abrams le hizo a su bebé, y coincido con algunos de los comentarios de Lucas sobre cómo la película volvió a lo “retro” y no trató de innovar. Puede decirse mucho sobre la trilogía de las precuelas, pero aunque tuvo algunas malas decisiones de casting y pésimos diálogos, no son tan malas como la gente las recuerda. Sí, La Amenaza Fantasma fue terrible, pero la pegó con muchas cosas, como con el personaje de Qui-Gon Jinn o con el establecimiento del sistema de gobierno de la República. Y cada una fue mejorando e innovando en ciertas cosas. El crecimiento de Obi-Wan como personaje es remarcable pero la historia de amor entre Anakin y Padme es horrible. En definitiva, no son excelentes, pero hay que apreciar el interés de Lucas por hacerlas distintas e innovadoras y esa es una apuesta que siempre hay que hacer. 

El Despertar de la Fuerza es más un fan film que otra cosa. Lo cual no está mal, es una película hecha por fanáticos para fanáticos y una carta de amor a la saga en muchos sentidos. En ciertos  momentos, eso se traduce en cosas positivas: los restos de las naves del Imperio se ven como restos de estos nuevos mundos, por ejemplo. Son cosas que generan esta idea de que esas batallas que vimos en nuestras infancias ahora son parte de la historia que forjó el nuevo mundo que se nos presenta.


Pero hay una parte negativa de la nostalgia, y Episodio VII es muy nostalgiosa. Por una parte es idéntica a Una Nueva Esperanza: Un personaje inocente pero con recursos es levantado de un planeta desértico, conoce a un par de piratas que lo llevan a un mundo que nunca conoció, conoce a las figuras claves de los poderes que están combatiendo, da sus primeros pasos en la Fuerza, se enfrentan a una base espacial que puede destruir planetas, la cual destruyen bombardeando en un punto clave, central, chiquito. Un viejo mentor y figura paterna muere a manos de alguien cercano a él, etc. Por otra parte, la película está atiborrada de chistecitos y guiños a los fanáticos que a veces no cumplen tanto la función de introducirnos en el mundo sino que nos sacan totalmente de la película al recordarnos que estamos viendo una secuela. 

Hablo de esos momentos en los que los personajes dicen “Ah, este es el Halcón Milenario que corrió la Carrera Kessel en menos de 12 parsecs” y 20 mil personas gritan y aúllan como las chicas que veían a los Beatles, opacando el sonido de la música. Eso es en general una huella personal de JJ Abrams, quien es un director que se apoya mucho en la espectacularidad pero no tiene absolutamente nada de talento para la sutileza. Es la clase de director que termina sus películas con un paneo de 360 grados, uno de los movimientos mas usados en el cine de acción y con menos calidad narrativa.

A pesar de eso, el guión se sostiene con mucha fuerza. Establece algunas preguntas como ¿De dónde salieron el Primer Orden y el Líder Snoke? Pero no hay razón por la que eso no pueda explorarse en el futuro. No espero menos de un guión escrito por Michael Arndt, quien estuvo detrás de Toy Story 3 y Little Miss Sunshine, y Lawrence Kasdan, quien escribió Cazadores del Arca Perdida, El Imperio Contrataca y El Regreso del Jedi, las dos mejores películas de la saga. En general cada saga tiene su tono personal. Episodios I, II y III tienen un tono de grandiosidad y opulencia que va con el acostumbramiento a la paz y la ceguera al enemigo interno. 

Episodios IV, V y VI tienen un tono de pequeñez y humildad mientras nos concentramos en un pequeño grupo de rebeldes que están tratando de derrocar un Imperio aparentemente invencible. En ese espíritu, Episodio VII tiene un tono de reconstrucción, de la ardua tarea de reconstruir la paz y levantarse después de años de caídas. Todos se ven más experimentados y endurecidos, lo cual significa que las amenazas tienen que ser más grandes y la Nueva República, aunque está en desventaja, no se ve tan reducida como la Alianza Rebelde. Se siente como dos potencias en guerra.

Hablemos un poco sobre los personajes. Finn es un cobarde, pero es un cobarde con un inquebrantable sentido de lo correcto y una voluntad de hacer el bien, sólo que no sabe cómo. Todo eso lo convierte en un excelente personaje a seguir. A pesar de todo eso, no es para nada indefenso: él sabe usar muy bien una pistola y su miedo por el Primer Orden lo hace, al mismo tiempo, necesitar unirse a la República y establecer a los villanos como unos enemigos dignos de temer. 


Por otro lado está, Rey.  Todo el mundo habló en los últimos meses sobre cómo es uno de los mejores personajes de la saga. Es fácil saber por qué lo dicen: Rey es una chatarrera que está constantemente a la espera de su familia perdida y que su motivación cotidiana es quedarse donde está y conseguir comida. Todo eso cambia cuando conoce a BB-8 y encuentra el mapa a Luke Skywalker, alguien que para ella es una leyenda. Rey es una excelente piloto que establece una relación prácticamente de padre-hija con Han Solo y es más que excelente peleando con armas de cuerpo a cuerpo. 

Además de eso es una gran mecánica, es independiente, sabe distintos idiomas, se banca sola, tiene un conocimiento instintivo de la Fuerza… es… demasiado. Rey sola supera en virtudes y cualidades a todos los personajes de la saga. Sin ningún tipo de entrenamiento puede enfrentarse a un sith, puede hacer el truco mental jedi, puede pilotear grandes naves, puede mover cosas con la Fuerza… es un personaje completamente inverosímil. Es un buen personaje y es interesante pero tiene demasiadas virtudes como para considerar cualquier tipo de conflicto a su lado como una amenaza. Y casi puede verse la hilacha de cómo la volvieron tan ridículamente poderosa solamente porque es una mujer. 


 Una cosa es escribir un personaje fuerte como la Princesa Leia y Padme Amidala. Otra cosa completamente distinta es hacer un personaje invencible que repite cada dos minutos que no quiere que la salven y que no quieren la toquen. Es casi como si la hubiera escrito una feminista nazi que no para de repetir “soy una mujer libre e independiente” cuando nadie le llevó la contraria, esperando que cualquier caso de desacuerdo sea usado como un ejemplo de violencia de género.

Otro personaje importante es Poe Dameron. Poe es el mejor piloto de la Nueva República, es el que encuentra el mapa de Luke y el que ayuda a Finn a escapar del Primer Orden. Poe en sí mismo no es más que una figura que le da personalidad a los pilotos, que siempre parecen estar en segundo plano, pero es muy refrescante ver a un soldado con una personalidad descriptible. Personajes como Wedge y Dax fueron notables, pero no puede decirse mucho de ellos. Las acciones de Poe parecen tener un peso y una importancia y se ve el resultado de sus actos y decisiones, aunque no tengan tanto tiempo en escena. 

 
El último de los grandes personajes nuevos es Kylo Ren, el nuevo señor Sith. Saquemos lo turbulento de su historia primero: Kylo es el hijo de Han Solo y Leia Organa y, por lo tanto, el nieto de Darth Vader. Él fue entrenado por Luke, pero fue seducido por el Lado Oscuro al punto que tiene a Vader como su mayor ídolo y su figura a seguir. Kylo es fácilmente uno de los mejor personajes nuevos y la razón es simple: es débil. No es una figura sombría y amenazadora como Darth Maul ni es un personaje legendariamente fuerte y conflictivo como Vader, es un niño que no tiene en claro quién es ni qué quiere ser. 

La película hace un excelente trabajo mostrando, por un lado, su conflicto interno al estar obsesionado con el Lado Oscuro pero sentir la tentación de ser bueno y, por otro lado, La impulsividad e intensidad de sus pasiones. Él no es confianzudo como el resto de los sith, él está plagado de miedos: Miedo a no cumplir sus expectativas, miedo al fracaso, miedo a perder a su padre, miedo a no superar a su padre, miedo a no superar a su abuelo, miedo a ser un don nadie. Aunque la ira es un gran elemento en el lado oscuro, es la primera vez que veo a un villano actuar con auténtica ira. Él demuestra que los grandes villanos tienen que tener claras motivaciones y no tienen que verse particularmente amenazantes. Kylo Ren representa una amenaza sin verse amenazante y, para mí, no hay nada mejor que un villano vulnerable y roto que no deja de ser una potente fuerza de antagonismo.

Y ya que estamos con las fuerzas de antagonismo, hablemos un poco del Primer Orden y de su líder, el Líder Supremo Snoke. Como siempre debe haber un maestro con los sith, tiene que haber habido alguien que haya seducido y entrenado a Kylo Ren y ese es Snoke, una criatura intimidante y misteriosa que parece tener un gran conocimiento del Lado Oscuro. La película no habla mucho de quién es Snoke pero ese es un misterio que no tiene por qué resolverse ahora. Lo que quizás sí podría resolverse es qué es el Primer Orden y de dónde nació ¿Por qué tanta similitud con el Imperio? ¿Cuál es el objetivo? ¿Establecer un nuevo Imperio? No digo que esté mal, pero ¿es lo mejor, narrativamente hablando, un antagonista que quiere lo mismo que los anteriores? 


Al menos, el Primer Orden nos trajo al General Hux, el comandante en jefe de la organización y alguien que, pese a no ser un sith, está a la par de Kylo Ren, como si compartieran el comando. Es muy agradable ver que la parte militar del Primer Orden tiene tanta importancia como la parte mística y da un sentido de mucha más grandeza ver a distintas personas actuar desde distintos lugares con distintas funciones.

Con respecto a los viejitos. Leia dejó de ser una princesa y ahora pasó a ser una generala. Hay un problema con el personaje de Leia. Se la ve más experimentada, más en sintonía con la fuerza y eso conlleva el hecho de que se la ve más cansada, abrumada. Se nota que está en el medio de una guerra y de una incesante búsqueda de Luke, pero parece que hay algo que la frena de desarrollarse completamente como un personaje. Como si, ahora que es secundaria, su participación fuera más un bocado para los fanáticos y no algo importante o necesario. 

Ya no se la ve activa ni intrépida ni pasional y poco y nada se la ve firme. De vuelta, eso puede tener sentido considerando todo por lo que está pasando pero su rol parece significativamente menor que el que el personaje ameritaba ¿Y por qué? ¿Solamente porque envejeció y esta es una franquicia que apunta más a los jóvenes? Su participación fue buena, ojala hubiera sido mayor.

Me atrevo a decir todo eso de Leia porque no veo que ese sea el caso con Han Solo. Sí, se lo ve más quebrado y cansado, lo cual es lógico, no solo por un tema de edad, sino también porque se lo ve con un conflicto propio: siente vergüenza. Está apenado y avergonzado por no haber podido salvar a su hijo y no puede ver a Leia a los ojos ni enfrentarse a la situación por eso. Eso es drama y eso es buena escritura. Su sentido del humor sigue intacto y su intrepidez está bien ajustada a su nuevo contexto y hasta sirve como un buen mentor para Rey. 

 
De hecho, su desarrollo como personaje es tan bueno que afecta a todos los personajes, especialmente a Kylo Ren. El enfrentamiento entre Kylo y Han, uno de los momentos climáticos más tristes de la saga, establece no solo un paralelismo con el enfrentamiento entre Darth Vader y Obi-Wan Kenobi (volviendo al tema de que el guión está estructurado de una manera muy parecida a Episodio IV) sino también un paralelismo con el enfrentamiento entre Darth Vader y Luke en Episodio VI. Un hombre bueno trata de recordarle a su familiar perdido que hay bondad en él y se rehúsa a pelear para demostrarlo. 

Lamentablemente, donde Luke tiene éxito, Han fracasa y sobre la oscuridad de la predecible pero irremediable muerte de Han Solo, esta historia se para y se diferencia. Es difícil creerlo… Han Solo muere, por su propio hijo, pero no sin antes dejarle una huella de cariño que intensifica el conflicto de Kylo Ren que mueve su historia. Vemos el verdadero combate en su interior. Kylo Ren tiene miedo de matar a Han pero también tiene miedo de no ser un verdadero sith. Quiere a un padre, pero también quiere ser alguien y completar su entrenamiento. Y en llantos, hace lo que cree que debe, lo que cree que es fortaleza pero no es más que sufrimiento y debilidad. Todo eso… es drama.

Es muchos sentidos, la nueva historia redobla la apuesta, haciendo las cosas terroríficas más terroríficas y haciendo las cosas virtuosas más virtuosas. Siempre me molestó que nunca se hablara o se vieran las consecuencias de la destrucción de Alderaan en Episodio IV y ahora vemos el sufrimiento y el miedo en la gente ante la destrucción de varios planetas, entre ellos Coruscant.


En otros sentidos, la historia repite elementos y se queda en la comodidad, como la necesidad de volver a construir una estación espacial que destruye planetas en primer lugar o la utilización del truco mental jedi por Rey, cuando Rey no tuvo ningún tipo de entrenamiento Jedi. Es creíble que ella esté en sintonía con la Fuerza pero no que la maneje con tanta libertad y habilidad.

Hay un sentido de la colaboración, considerando que esta es una historia que todos los relacionados están forjando en conjunto. No importa lo que digan, Finn no podría hacer nada sin Poe y Rey no podría haber llegado donde está con Finn. Los grandes temas de la amistad y la familia, lo orgánico contra lo tecnológico, lo diverso contra lo uniforme están presentes.

Pero también hay una considerable pérdida de elementos alegóricos y eso tiene que ver con la falta de involucramiento de George Lucas. Lucas no es el mejor director y está lejos de ser el mejor guionista, pero tiene una cabeza para la construcción del universo y tiene una profunda comprensión de las historias primordiales. Las primeras seis películas están llenas de recursos estilísticos bien usados y alegorías bíblicas, folklóricas y mitológicas. JJ Abrams no tiene una cabeza para esas sutilezas y es lamentable ver que, en muchos aspectos, se perdieron.

Sin embargo, las primeras películas de Star Wars tomaban elementos de otras historias para construir su universo y esa nueva película toma del ya creado y cimentado universo de Star Wars. Es casi como si esos recursos y alegorías, aunque siempre apreciables, no hicieran tanta falta. 

En definitiva, la película es muy disfrutable y tiene una identidad y un alma propias. No hace falta ser un fanático para entenderla pero sí está dirigida más que nada a los fanáticos y son ellos quienes la van a poder apreciar en su totalidad. Juzguen ustedes si eso es una virtud o un defecto. Es entretenida, es graciosa y establece un puente firme desde las películas anteriores en una intención de darle un aspecto “retro” pero sin dejar de innovar, más en lo narrativo que en lo visual o contextual. 


No es la mejor película de la saga, no es perfecta y establece un nuevo campo de juego en el que las películas siguientes ya no van a tener tanto lugar para el error. Van a tener que ser más independientes y redoblar mucho más las apuestas sin perder el espíritu de la saga. Pero con todo eso, El Despertar de la Fuerza se sostiene por sí sola y revitaliza la saga sin perder sus temas ni su identidad.