martes, 5 de mayo de 2015

Experimento #547 - Inside Llewyn Davis

Los hermanos Coen tienen talento para dos cosas: los personajes coloridos y las historias sin trama. Y así como nos maravillaron con Oh, Brother, Where Art Thou? y con The Big Lebowski, vuelven en esta película con personajes realistas interesantes y una historia con incluso menos trama.

Inside Llewyn Davis nos muestra una semana en la vida del personaje cuyo nombre está en el título, interpretado por Oscar Isaac. Se trata de un personaje que bien podría ser el Charlie Brown de los cantantes folk. No tiene plata para comer ni para pagar un departamento, sus recitales no son masivos, no vende ninguno de sus discos y la novia de uno de sus amigos está embarazada y podría ser por culpa de él.

La historia tiene lugar en 1961 y es original porque nos muestra el costado duro de la vida de un artista, nos muestra a aquel que persevera pero no triunfa y cómo va resistiendo los golpes de la vida antes de siquiera plantearse si está en el camino correcto o no. Su tránsito obtiene color con la búsqueda de un gato (apropiadamente llamado Ulises) de unos amigos suyos que Llewyn mismo dejó que escapara.

Entre favores y desesperados intentos de conseguir dónde dormir y dónde tocar, Llewyn tiene la oportunidad de viajar a Chicago con la esperanza de vender su disco y allí es donde el viaje se torna mucho más introspectivo, forzándolo a enfrentarse a sus propias limitaciones. Lo curioso es que sus principales dificultades no son autoimpuestas. El personaje está lidiando con tales complicaciones debido al fallecimiento de quien era su contraparte en un dueto al que pertenecía y ahora tiene que enfrentarse al mundo del entretenimiento como solista.

No es un personaje agradable ni simpático, pero sus conflictos están tan bien trabajados y son tan relacionables que es difícil no interesarse por su decisiones, al punto que sentimos que su mal carácter es justificable.  No es un héroe homérico ni un apasionado capaz de vencer sus obstáculos con mera voluntad. Es un tipo con mala suerte que tiene que enfrentarse a la decisión que más miedo le da: abandonar su camino. Su perseverancia tiene una recompensa, pero es extremadamente sutil y poco tradicional.

A la larga, Llewyn no es más que un cantante que canta porque no le queda más remedio. Porque él no podría ser él mismo si no lo hiciera.

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