jueves, 21 de agosto de 2014

Compartiendo en muchos niveles


¡Guau! No suele pasar que una comedia-dramática con gente como Mark Ruffalo y Gwineth Paltrow me sorprende. No me malinterpreten, no es que esta película sea un 10, pero es mucho mejor de lo que esperaba, considerando que esperaba una frivolidad de aquellas.

En Thanks For Sharing, Mark Ruffalo, el hombre a quien todos aprendimos a amar gracias a los Avengers, interpreta a Adam, un adicto al sexo que está en recuperación hace cinco años y sigue un lento pero constante proceso de apartarse de toda tentación alejándose de la televisión y la computadora. Adam cuenta con la ayuda de su sponsor, Mike, interpretado por Tim Robbins, y él a su vez está ayudando a Neil, interpretado por el Jonah Hill para el director sin fondos, Josh Gad. Todo se complica cuando Adam conoce a Phoebe (Gwineth Paltrow) una chica hipersexuada que se siente inmediatamente atraída a Adam pero no sabe de su adicción.

Durante toda la primera media hora de película pensé “¿Por qué estoy viendo esto? Toda esta gente tiene su vida bajo control, se están curando de sus adicciones, no las están sufriendo. Siento como que llegué tarde a la fiesta y me están contando todas las cosas increíbles que pasaron.” Imagínense que están viendo una película acerca de un tipo que está limpiando los escombros después de la pelea de Nueva York de los Avengers (Se ve que me gustó esa película...).

En el guión original, esta es la escena en la que Mike trata de averiguar cómo comérselo a Adam.
Afortunadamente, y a tiempo para vencer el tedio y mantener el equilibrio, me di cuenta de que Mark Ruffalo no es el único protagonista. Neil y Mike tienen sus propios disparadores, sus propios conflictos y sus propias historias: Mike recibe una visita de su hijo extraviado (interpretado por Patrick Fugit, el pibe de Casi Famosos) que es un drogadicto en recuperación y Neil… no puede pasar un día sin mirar porno y se encuentra tratando de ayudar a una adicta primeriza interpretada por Pink, una de las cantantes que mas me gusta ver caerse del escenario.


Adam me pareció por lejos el personaje menos interesante. No sólo por falta de un conflicto aparente sino porque su interés romántico es imposiblemente copada y tampoco presenta problemas mayores. Es una mujer adicta al ejercicio que venció el cáncer de mama hace tiempo. De vuelta… legué a la fiesta muy tarde.

Pero a medida que la película avanzaba, fue tomando un giro extremadamente turbio. Cuesta tiempo sentir simpatía por los personajes pero eventualmente vale la pena. Adam, Neil y Mike son tres adictos con el mismo problema en etapas distintas de la recuperación, principio, medio y fin. Y estos personajes que parecían tan en control de sí mismos empiezan a demostrar por dónde sus miserias se van saliendo.

Phoebe cree que puede manejar la adicción de Adam, pero con frecuencia se muestra muy centrada en sí misma y completamente incomprensiva del problema con el que su novio lidia. Digo, en una escena ella se pone una vestimenta MUY reveladora y le hace un baile en el regazo. Hay que ser muy insensible para hacerle eso a un adicto. Es como describir lo mucho que te gusta la cerveza que te estás tomando en frente de un alcohólico.

Mmm... me la acordaba mejor...
El tono oscuro que toma la película es un oasis: “¡Por fin! Estos personajes muestran sus debilidades y problemas y AHORA me siento interesado por sus historias” Por lejos, Neil fue el personaje más interesante, principalmente porque su historia empieza desde su punto más bajo y claramente es el personaje más fallido de los tres, así que da gusto verlo en ascenso.

"Ah ¿Era este? Yo quería al gordito de Superbad"

El tema se trata con bastante sutileza. Parecía fácil que una película sobre adicciones sexuales abusara de la “sexposicion” al estilo Game of Thrones, pero la verdad es que se trata como lo que es: un problema que cuesta trabajo conquistar. La única escena explícita de sexo que hay no es erótica. Es bastante deprimente, la verdad.

Las actuaciones son buenas. Los diálogos… no tanto. Me frustró mucho la relación entre Ruffalo y Paltrow, especialmente por culpa de la exposición. En ningún momento paraban de tirarse flores, estaban todo el tiempo hablando de lo sexy y atractivos que se encontraban uno al otro y constantemente hablando de lo triste que es su pasado sin dejar de sonreír. Te hace decir “sí, entiendo que hayas tenido este problema, pero se ve que estás equilibrado y no me voy a gastar dándote mi pena, entonces”.

"Decime lo hermosa que soy otra vez"
"Ok, pero no le digas a Tony"
La película te deja un buen gusto en la boca y tiene un mensaje muy positivo. Las obsesiones y adicciones son solucionables, pero la solución es una pelea de todos los días. Tenés que renovarte constantemente para superarlas y en cualquier momento podes caer, por lo que es bueno no guardarte tus emociones y apoyarte en otros para lograrlo. 



Adam: "Just remember. One. Day. At a time."

miércoles, 13 de agosto de 2014

Robin Williams (1951 - 2014)

Hay un lugar especial en el Cielo para quien tiene alma de niño. Como una persona para quien el Cine es mucho más que el Cine y las historias son mucho más que relatos, he visto muchas personas de la farándula abandonar el mundo y dejar atrás una huella. Algunas muertes fueron simplemente lamentables, otras fueron absolutamente desgarradoras. He visto a maestros del Kung Fu asfixiados bajo el peso de enfermedades o fetiches extraños. He visto a cometas en ascenso caer frente a adicciones incontrolables. He visto a jóvenes probar los límites de su invencibilidad y perder la consciencia del hibris.

Pero ningún evento noticiable de la farándula, ningún fracaso cinematográfico, nada que yo haya visto en o acerca del Cine se sintió tanto como una pérdida.

Tardé dos días en poner mis sentimientos al respecto en palabras. Me tomé demasiado.

Ningún artista en mi vida marcó tanto mi infancia. Las risas que compartía con él no eran como cualquiera. No eran risas sistemáticamente procesadas por mi mente, eran risas que alcanzaban algo encerrado en mi alma. Eran alimento para un niño oculto en mi interior, que aprendía no solo a apreciar el mundo que veía, sino a creer en un futuro y en una esperanza de dejar una huella propia. 

El llanto nunca era de tristeza o amargura. No era una áspera lija pasada por mi garganta o una pesa incómodamente apoyada sobre mi pecho. Era un llanto de reinvención, como las lágrimas que quedan en el rostro después de levantarse de una caída. Era un llanto de optimismo, un llamado a cosas nuevas, una purificación para hacerle un lugar al asombro sencillo. 

Con una rebelde inocencia nos contaba historias sobre la paciente espera a los despertares de la vida, sobre cómo el miedo al mañana no tiene la magnitud o el valor de las decisiones del presente, sobre cómo la amistad puede salvar vidas y liberar cadenas, sobre el amor paternal y las locuras a las que nos lleva a hacer, sobre cómo las obsesiones y excentricidades pueden llenar de color nuestra vida, o, a veces, hasta dar miedo. Sobre todo, mostró que la risa y la companía no pueden subestimarse. Un niño grande. Un hombre que le dio a tantos humoristas, profesionales y anónimos, una confianza que no pudo obtener para sí. Un capitán que se hundió con su barco. Un tipo frágil que conquistó a más gente con fragilidad que con fuerza.

Y la ironía trágica de este portaestandarte del entusaismo es que nunca descubriría la cantidad de vidas que tocó ni lo cercano que era el alcance a aquello que buscaba. Ojalá ya lo hayas escuchado. Ojalá mis palabras no sean originales. Pero gracias por los años de risas. 

Que por fin descanses, Robin, en la más pacífica de las paces. 


"You don't know about real loss. Because it only occurs when you love something more than you love yourself"